Corazón de ardilla.

Probablemente Walter Montillo nunca se imaginó qué, al tomar la decisión de concentrarse y jugar el partido contra San Felipe, éste sería una empujón anímico tan grande para la actualidad que está viviendo.

La salud de Santino, el hijo recién nacido del volante argentino, está muy delicada. Obviamente su padre, y su familia, están muy preocupados por lo que han estado acompañándolo a cada momento en la clínica donde se encuentra hospitalizado.

La semana pasada, ante Palestino, Montillo dejó la concentración azul para ir a acompañar a su mujer e hijo ante la mala noticia de complicaciones en la salud del recién nacido. Pero ayer el trasandino decidió viajar a coquimbo y jugar.

El apoyo de la hinchada se hizo notar desde el primer momento, y Montillo respondió jugando, quizás, su mejor partido en lo que va del año; escurridizo, rápido, siempre pidiendo el balón y participativo en cada una de las jugadas de riesgo.

A los 60' el equipo azul caía 0-2 ante San Felipe, el esfuerzo de Montillo no alcanzaba.

Pero vendría la reacción. A los 62' Puch ponía el descuento. De ahí en adelante vino el show de Walter Damián, a 20' del final tomó la pelota a un costado del área, eludió a 2 rivales y llegando a línea de fondo mandó un centro bombeado para que apareciera Olivera, 2-2. Luego, jugada personal del argentino que habilita a Rivarola, que con una tranquilidad encomiable pone el 3-2 a favor del equipo universitario. El final fue la guinda de la torta, el "10" toma la pelota en la mitad de la cancha, elude a dos rivales con un formidable auto pase y define con gran sutileza a la salida del arquero Corvalán.

Vendrían los aplausos, las alabanzas y los gritos de apoyo. La ardilla rompe en un llanto de alegría, él sabe que hay una familia azul detrás suyo apoyando a Santino.

Su hijo pronto estará apoyándolo desde la gradería, disfrutando del juego de su padre.